La notizia l’ha data l’associazione Alicante Vivo, ed è stata ripresa dal quotidiano El Pais, nella sua edizione online. Sabato 11 dicembre 2010 ha festeggiato il centesimo compleanno Antonio Ballesta Martínez, combattente per la Repubblica nel corso della gerra civile tra il 1936 e il 1939, quindi internato in Francia e poi deportato a Gusen.
Ufficialmente Ballestra Martinez risultava fucilato a Gusen nel 1942. Ma il caso volle che con quel nome venisse ucciso un suo compagno, Rafael Millá, con il quale aveva deciso di scambiarsi l’identità.
All’ex deportato centenario, che per tenere la mente in allenamento sta studiando l’inglese, giungono in queste ore auguri e felicitazioni da tutto il mondo da parte degli ex deportati. Anche Gianfranco Maris, presidente dell’ANED ed ex deportato a Gusen, ha scritto all’ex compagno di deportazione.
Pubblichiamo di seguito, in versione originale, l’articolo apparso sull’edizione del 9 dicembre 2010 del quotidiano spagnolo El Pais, nelle pagine di cronaca della regione di Alicante.
“El hombre no es malo por naturaleza”. El aserto es de una persona
que ha sufrido en carne propia el más horroroso ejemplo de escarnio,
vejación y tortura del hombre sobre el hombre: El campo de concentración
nazi de Mauthausen-Gusen. Antonio Ballesta Martínez ha sobrevivido a
esa brutal experiencia y el domingo cumplirá 100 años. Una larga vida
que le ha convertido en el último alicantino vivo que sobrevivió al
infierno nazi.
La entidad cívica Alicante Vivo ha desvelado el secreto de
Antonio Ballesta. Hasta ahora, según los datos facilitados por el
colectivo, se creía que el último alicantino superviviente al campo de
concentración había sido José Forne Navarro, fallecido en abril de 2007 a
los 91 años. Juan José Amores, portavoz de Alicante Vivo, señaló
ayer que tuvo conocimiento de la historia de Antonio Ballesta por su
enfermero. “Hablamos con él y corroboramos su veracidad”, dijo.
El
casi centenario Ballesta alcanza este título de último superviviente a
Mauthausen de Alicante por las casualidades de la vida. Oficialmente,
Antonio Ballesta había muerto en el campo de concentración. Su nombre
integraba la lista, por orden alfábético, de todos los alicantinos
asesinados en el campo nazi. “Baix Segura. Albatera. Ballesta Martínez,
Antonio. Nacido en el 11 de diciembre de 1910, procedente del Stalag
XI-B, donde tenía el número 87328. Murió en Gussen el 3 de septiembre de
1942”, recoge la lista.
Pero en realidad Antonio no murió. Al
contrario, fue otro alicantino, Rafael Millá, hijo del último alcalde
republicano de Alicante, el fusilado por los nazis. Ambos habían
intercambiado su identidad días antes.
Ballesta es hijo de una
familia humilde, radicada en el barrio alicantino de San Blas. El inicio
de la Guerra Civil marcó su destino. Como miembro de la Guardia
Republicana, su primer destino fue Arganda para acabar en Barcelona,
desde donde partió al exilio francés. Allí, se unió a la Resistencia
gala, pero tras ser esta doblegada por el ejército alemán, en junio de
1940, cayó prisionero de Hitler.
Primero fue conducido a Belfort,
donde acordó intercambiar la identidad con Rafael Millá. “Llamaron a
Rafael y me presenté yo”, declara Antonio al colectivo. Luego fue subido
a un tren rumbo a Mauthausen. “Allí, me enteré de que Rafael había
muerto”, relata. Su compañero falleció con la identidad cambiada y así
quedó registrado.
Los recuerdos de Antonio sobre su estancia en
Mauthausen son estremecedores: “Si dejábamos una arruga en la cama, nos
daba 25 azotes, y si decían tu número y no respondías, te molían a
palizas”, comenta. “La sopa, el pan, la mantequilla… aquello era oro”,
añade.
Antonio sobrevivió hasta la liberación del campo por los
Aliados. Hasta la muerte Franco estuvo afincado en Francia, y hace unos
años regresó a Alicante, a su casa de San Blas. A las puertas del
centenario, Antonio está delicado de salud, pero mentalmente sigue
activo: “Está aprendiendo inglés, para sumarlo a las otras cuatro
lenguas que habla”, señaló ayer un familiar.
Cuando se le pregunta
por su experiencia en Mauthausen dice: “He visto la cara de la maldad”.
Alicante Vivo solicita al Ayuntamiento que le rinda un homenaje.